Los que trabajan en la CEB son los primeros llamados a dar testimonio de vida cristiana, Dios quiere que ustedes vivan consagrados a Él, como hemos leído en la Carta de San Pablo. Nos dice que llevemos una vida digna, porque han sido escogidos por Dios para trabajar al servicio de la Iglesia.
El Evangelio nos ofrece una señal de esperanza, nos dice no hay que ser descuidados, hay que tener aceite y tener las lámparas de nuestra vida encendidas. En ello consiste nuestro servicio principal de comunicar esperanza en nuestra Iglesia y en toda la sociedad. Es lo que está viviendo actualmente nuestra Iglesia con tantos acontecimientos de gracia como son los encuentros, congresos y otros, aseguró Mons. Edmundo.
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